Sirva esto como confesión o como lo que sea; en este momento tengo que decir que estoy pasando por eso que coloquialmente se llama "mal de amores".
Estoy enamorada como nunca lo he estado, amo con todo mi corazón aunque no con locura porque lo amo con todos mis sentidos pero... él no me ama a mí 😟
Mientras estaba con él he sido inmensamente feliz y también muy desgraciada en algunos momentos. Él es complicado e intenso y muy, muy difícil. La verdad es que no sé qué tiene que lo hace especial y mejor (para mí) que ningún otro que haya conocido antes (y sí, conozco muy bien sus defectos) pero de un modo o de otro, él (y no otro) era lo que yo quería.
Y aquí viene la confesión: no siento que mi mundo se haya acabado. Es cierto que no tengo muy claro lo que voy a hacer ahora. Que él no me quiera no hace que mi amor se desvanezca. Es más, él ha seguido su vida e incluso creo que tiene a otra persona en ella y yo espero que eso sea lo que él necesita o, al menos, que lo haga feliz porque quiero que lo sea aunque esa felicidad no se la proporcione yo.
En fin, a lo que voy, que aunque he pasado unas semanas horribles sintiendo una tristeza enorme, acepto que una relación no puede existir si no la quieren las dos partes, de manera que ahora tengo que volver a trazar mi camino, ese que abandoné cuando lo conocí. Ahora tengo que recomponer los trozos de mi corazón y hacer que vuelvan a funcionar todos juntos (entiéndase todo de forma metafórica ;-) ). Tengo que decir que esas terribles semanas no las he pasado en casa llorando a moco tendido. De hecho, nadie o casi nadie de mi entorno sabe lo que ha pasado.
Mi amor me ha dejado pero mi vida, por suerte, es mucho más que eso y no puedo retirarme del mundanal ruido. No voy a encerrarme ni voy a buscar otro amor por despecho. No voy a renunciar a nada, no voy a amargarme. Solo me voy a dar mi tiempo de duelo y a continuar caminando.
En fin, a lo que voy, que aunque he pasado unas semanas horribles sintiendo una tristeza enorme, acepto que una relación no puede existir si no la quieren las dos partes, de manera que ahora tengo que volver a trazar mi camino, ese que abandoné cuando lo conocí. Ahora tengo que recomponer los trozos de mi corazón y hacer que vuelvan a funcionar todos juntos (entiéndase todo de forma metafórica ;-) ). Tengo que decir que esas terribles semanas no las he pasado en casa llorando a moco tendido. De hecho, nadie o casi nadie de mi entorno sabe lo que ha pasado.
Mi amor me ha dejado pero mi vida, por suerte, es mucho más que eso y no puedo retirarme del mundanal ruido. No voy a encerrarme ni voy a buscar otro amor por despecho. No voy a renunciar a nada, no voy a amargarme. Solo me voy a dar mi tiempo de duelo y a continuar caminando.
A pesar de todo el dolor y de la sensación de abandono, he de decir que no lamento haberlo conocido. Muy al contrario, agradezco que haya estado en mi vida aunque haya sido por un tiempo tan limitado y espero que él también me recuerde con algo de cariño o, si eso lo hace más feliz, que no piense en mí en absoluto.
Sirva esto como confesión o como lo que sea... he amado y perdido y ahora voy a vivir con ese recuerdo y a crear otros nuevos. Hoy empiezo un nuevo camino.
La vida es muy corta y trae demasiados disgustos... no nos entretengamos en ellos y busquemos las alegrías que también nos da.