Tengo tantas cosas que decir que no sé si voy a ser capaz de poner mis ideas en orden y soltar solo un concepto de forma ordenada.
Siempre me ha hecho gracia esa gente intelectual e inteligente que solo ve películas que la haga pensar... obviamente, yo no soy inteligente pero la cuestión es que no necesito pelis profundas e infumables para pensar. Yo, al igual que la gente con la que me relaciono (todxs más inteligentes que yo), pienso todo el tiempo. A veces las ideas me vienen con un simple y absurdo anuncio de televisión y, con muchísima frecuencia, con series que no tienen otra finalidad que el mero entretenimiento. Este post es fruto de uno de esos momentos.
Llevo días haciendo balance del último año por varias razones distintas. Si me conoces, ya sabes que yo celebro el cambio de ciclo anual el 31 de octubre y pocos días después de este último Samhain mi vida volvió a cambiar de forma drástica. Otra vez. Además, por si un cambio así no fuese suficiente para desestabilizar a cualquiera, he tenido los meses más difíciles que puedo recordar desde el fallecimiento de mi madre. Todo se ha complicado, algunas cosas de manera sutil, otras de forma absoluta.
Es cierto que he tenido momentos de debilidad (sobre todo estos últimos días) pero, en general, por más que me queje de que estoy cansada, la lucha contra casi todo es la única forma de vida que conozco. No recuerdo una sola cosa que me haya salido bien a la primera o que me haya sido dada de forma gratuita.
Después de este prólogo deprimente (aunque no fuera esa mi intención), quiero decir que hoy he sido consciente (supongo que hace tiempo que lo sé) de que lo que de verdad importa, lo realmente trascendente en la vida es la gente que te quiere y, en segundo lugar, la gente que te respeta. Imagino que esta es una de esas revelaciones de las que eres incapaz cuando eres joven porque te falta experiencia para poder valorarlo.
El dinero que tienes en el banco o en la cartera, tus coches, la ropa, casas... todo ello no te trasciende. Sin embargo, saber que, pase lo que pase no te vas a tener que enfrentar a ello sola, es algo que no se puede pagar.
Puedes quedarte sin trabajo, sin dinero, sin coche... pero lo verdaderamente importante, lo que siempre te va a quedar, es la gente que te quiere. En este momento, si tu vida es «normal», puede que esto te parezca una tontería. Pero yo he estado prácticamente sin nada, mi vida se ha vuelto del revés en más de una ocasión y puedo decirte que es absolutamente cierto.
Y, teniendo esto en cuenta, soy muy, muy rica. Ya he hablado aquí de la gente a la que quiero y con la que puedo contar, pase lo que pase. No es mucho lo que les puedo dar en retribución, salvo a mí misma. Estoy segura de que saben que pueden contar conmigo para darles cualquier cosa que esté a mi alcance.
No voy a reiterar lo que ya dije en el anterior post pero sí quiero volver a darles las gracias. No estoy segura de que todxs vayan a leer esto pero hago este agradecimiento de forma pública aunque espero que estén segurxs de él aun sin leerlo.
Por último, y sin querer ser demasiado deprimente, las últimas dos o tres semanas han sido horribles. A todas las complicaciones que he vivido este año, se suman los últimos días de temor. Es muy largo de contar pero se han combinado varias circunstancias y, la verdad, pensé que me quedaba poco tiempo. Ahora estoy como todxs los demás, no sabiendo cuánto tiempo me queda y contenta de que sea así.
Finalmente solo puedo y quiero volver a dar mis más sinceras gracias a toda esa gente que me quiere y a la que quiero, no sabéis cuánto.