miércoles, 31 de diciembre de 2014

De nuevo, 31 de diciembre

Hoy quiero y necesito llorar. Llevo todas las navidades intentando pensar en otra cosa y tengo que reconocer que he hecho un buen trabajo, lo he llevado bien. Hasta hoy.

Con Dani, en la última Nochebuena que pasó con nosotros.
Hace tres años, tal día como hoy estábamos en el hospital. Mi madre estaba en la UCI. Ya sabíamos que no saldría de allí con vida y aun así...

Por entonces, yo vivía muy cerca así que mis hermanos (menos Gema, que tenía que estar con sus hijos), Germán (ya era como de la familia pero, desde entonces, ya no podrá deshacerse de nosotros aunque quiera) y yo nos fuimos a mi casa a pasar la noche repartidos en las camas y los sofás. No tenía uvas pero sí frambuesas congeladas para hacer una tarta de queso y eso fue lo que se tomó con las campanadas.

jueves, 30 de octubre de 2014

Feminismo vs hembrismo

Me pone los pelos de punta que en el siglo XXI haya gente que siga pensando que el feminismo es lo opuesto al machismo, es decir, la misma barbaridad pero con signo contrario.

Foto de mapic hai a través de Freedigitalphotos.net

Se acerca Samhain

Estoy entusiasmada. Se acerca Samhain, uno de mis días favoritos del año. Aun tengo muchas cosas que hacer, ¡quiero que todo esté listo a tiempo!

Sombrero y escoba

Uno de mis objetivos para el viernes es haberme deshecho de muchos de los objetos que guardo. Espero muchas cosas del nuevo año así que tengo que hacer sitio (física y metafóricamente) para lo que está por venir.

martes, 7 de octubre de 2014

Mi abuela Rosario

Siempre creí que el tiempo lo cura todo y que las ausencias se hacen más llevaderas con el paso de los años.

Es cierto que, al menos en mi caso, el dolor agudo y punzante que aparece en el momento de la pérdida se va convirtiendo en un dolor sordo pero crónico con el que aprendes a vivir. Lo que no puedo evitar es echar de menos, cada día, a mi madre y a mi abuela.

Recuerdo que cuando falleció mi madre, hace casi tres años, una vez superado el shock inicial, lo primero en lo que pensé fue en llamar a mi abuela.

Esa no fue la primera vez que me ocurría y un momento después, cuando me doy cuenta de que no es posible (mi abuela nos dejó en el 98), tengo la sensación de que la realidad me golpea en la cara.

Mi abuela Rosario

viernes, 3 de octubre de 2014

Cuestión de confianza

A raíz de la última entrada he querido comentar algo. No sé si lo parece, pero no soy muy dada a los halagos gratuitos. Considero que si los regalas a diestro y siniestro (o si los recibes de personas que los usan del mismo modo), no tienen ningún valor. No todo es genial, no todo el mundo es maravilloso y no todo es igual de bueno. Vamos, que no vivo en una película de Disney.

Lo que si es cierto es que, cuando algo me gusta, procuro dejarlo bien claro y por el mismo motivo: me gusta que reconozcan mi trabajo así que hago lo propio con los demás.

A la hora de comprar/alquilar productos/servicios, hay dos cosas que me parecen fundamentales y las busco en tándem: conocimiento y trato.

Foto de Stuart Miles a través de Freedigitalphotos.net

martes, 30 de septiembre de 2014

Nuevo blog y nuevo interés

Hace mucho que quería abrir un blog en el que hablar de un montón de cosas que me interesan pero que no tienen cabida en El Taller de Lhiannan, ya que éste es, básicamente, un blog de moda, de un modo muy particular, pero moda al fin y al cabo.

Le dí muchas vueltas al nombre porque quería que fuera representativo para mí, que tuviera sentido con lo que puedes encontrar en él pero, también, con mi forma de ser.

Me encanta leer y hay algunas historias que he releído varias veces pero, sin duda, a la que más veces he vuelto es al cuento creado por el matemático Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas. ¿Por qué? pues porque con mucha frecuencia me he sentido identificada con su protagonista, una niña repipi y algo repelente que, aunque no entiende el mundo al que ha ido a parar, intenta adaptarse lo mejor posible a la vez que trata de comprenderlo todo (no siempre con éxito).

Así que el nombre debía estar relacionado con mi historia favorita y, si la conoces, sabrás que Alicia, mientras cae por la madriguera del conejo blanco, va viendo cosas (muebles, enseres e, incluso, comida) con las que se distrae a la vez que se pregunta a dónde irá a parar. Cayendo como Alicia me pareció más que apropiado.




domingo, 21 de septiembre de 2014

Manzanas asadas en microondas

Me encanta improvisar en la cocina. Verte en la necesidad de preparar algo, mirar lo que tienes e inventar o recrear alguna receta. Digo recrear porque, al menos yo, no suelo tener todos los ingredientes que necesito cuando voy a preparar algo en el último momento.


Hoy, después de cenar aun tenía hambre y, además, me apetecía algo dulce. No tengo pasteles en casa porque entonces, probablemente, sería incapaz de seguir la dieta que me he propuesto. Al abrir el frigorífico vi que tenia manzanas y se me ocurrió asarlas en el microondas. Son sólo unos minutos y no necesitas muchos ingredientes.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Operación RECONSTRUCCIÓN I

Vivo entre los escombros de lo que fue mi vida. Al menos ahora soy capaz de verlo. Durante mucho tiempo he sido incapaz de observar la diferencia, de reconocer que las cosas ya no eran iguales, que ya no eran nada.

Si a una vida le quitas uno de sus pilares, puede seguir más o menos equilibrada o buscando el equilibrio y, con el tiempo, ese pilar puede, incluso, ser reemplazado. Pero si le quitas todos y cada uno de ellos, todo se cae, se derrumba.



Foto de Sattva a través de Freedigitalphotos.net

Septiembre

Tengo que decir que odio el mes de septiembre. Creo que es una secuela del colegio o algo así. Y no es que odiara el colegio pero, claro, nada es comparable al verano. O puede que sea eso, que septiembre significa decir adiós al verano y prepararse para los meses oscuros y fríos. Vale, puede que aquí no haga auténtico frío, pero la humedad hace que sea casi imposible entrar en calor (o quitárselo en verano).

Fotografía de Serge Bertasius a través de FreeDigitalPhotos.net


martes, 16 de septiembre de 2014

Arroz con leche de almendras

Vale, no debo comer arroz pero llevaba tiempo queriendo probar esta receta. La encontré en Facebook y me entraron muchísimas ganas de hacerla. La maravillosa receta original la puedes encontrar aquí.



viernes, 12 de septiembre de 2014

Pollo a la tunecina con guarnición de manzanas y bacon

No sé si ya lo he dicho, pero me encanta cocinar. Es una de mis pasiones. Hoy mi hermana Gema me estaba preguntando algunas recetas y, entre ellas, estaba el pollo a la tunecina. Yo nunca lo había cocinado pero la receta me llamó la atención y, como no sabía qué hacer hoy para comer, decidí probarlo.

No he sido fiel a la receta, no suelo serlo. Soy andaluza y, para mí, las comidas deben llevar sal y pimienta, especias y vino. No todo, claro, el puchero no; pero sí todo lo demás. Además, la guarnición tradicional para esta receta es el arroz y yo ahora no como hidratos así que también la he cambiado.



lunes, 8 de septiembre de 2014

Mi primer Green Smoothie

Si plantear las comidas diarias es una lata, en verano es aún peor. Y si encima cocinas sólo para uno... ni te cuento.

En verano te cuesta cocinar, no sólo por el calor sino porque tampoco te apetecen platos muy elaborados sino cosas ligeras y frescas.

Hace poco, y gracias al blog de Rosa Ballerina, descubrí los green smoothies. Me parecieron todo un descubrimiento por todo lo que ya os he dicho pero porque, además, no me gustan las verduras (casi ninguna) y no tengo la costumbre de comer fruta. Así que me dispuse a probarlos. No quería hacerme muchas ilusiones porque cabía la posibilidad de que, por muy sanos que fueran, no me gustaran. Aunque con tanta variedad de verdura de hoja verde y de fruta, malo sería que no encontrara una fórmula que me gustara.




En el Súper sólo encontré canónigos (odio la lechuga) así que eso sería "lo verde" también lleva un trozo de pepino, una zanahoria, un plátano, dos peras, el zumo de un limón pequeño y, como ese iba a ser todo mi almuerzo, le añadí proteína en forma de un yogur desnatado y, por supuesto, hielo.

El resultado no pudo ser mejor, lo que me animó a probar otras combinaciones.